La vida como punto de observación de la primera escala psicológica
Esta entrada correspondría al domingo día 17, por lo tanto, aí va:
Observar la vida, las diferentes fases, las diferentes acciones en cada una. Estar tan cerca y al mismo tiempo tan lejos de estas, sentir que algunas las has pasado y otras estás viviéndolas, sin duda, algunas llegarán o quizá no.
En un local, sentado puedes observarlas, verlas mover e incluso como piensan en posiciones estáticas, otras dicen mucho sin expresar nada o bien sin decir nada.
Quiero llegar con estos motivos tan idealistas, al punto de que la mera observación puede llegar a ser una verdadera observación compleja, complementándose así con las vivencias albergadas, con esos bagajes característicos y peculiares que la vida conforma esas fases y esas esencias o personas portadoras de estas.
Entiendo, o quizá no, que esos bagajes, son o pueden que no, necesarios para la observación del momento (que pasa o no) por delante de nuestra mirada vital aprovechada a su máximo o mínimo rendimiento y entendimiento.
Finalmente, este aprovechamiento individual, colectivo o de un conjunto grupal en demasía, sea proyectado en la vida al nivel que cada persona (motivada por sus fases, sensaciones - bagajes e implicación) pueda realizar, puede que este condicionamiento por cada situación momentanea o bien por motivos preinstantáneos que hagan crecer en el interior propio o ajeno aquella curiosidad que busque los imposible, indescifrable e utópico de la falta de saber, alimentado por la fantasía personal.
Observar la vida, las diferentes fases, las diferentes acciones en cada una. Estar tan cerca y al mismo tiempo tan lejos de estas, sentir que algunas las has pasado y otras estás viviéndolas, sin duda, algunas llegarán o quizá no.
En un local, sentado puedes observarlas, verlas mover e incluso como piensan en posiciones estáticas, otras dicen mucho sin expresar nada o bien sin decir nada.
Quiero llegar con estos motivos tan idealistas, al punto de que la mera observación puede llegar a ser una verdadera observación compleja, complementándose así con las vivencias albergadas, con esos bagajes característicos y peculiares que la vida conforma esas fases y esas esencias o personas portadoras de estas.
Entiendo, o quizá no, que esos bagajes, son o pueden que no, necesarios para la observación del momento (que pasa o no) por delante de nuestra mirada vital aprovechada a su máximo o mínimo rendimiento y entendimiento.
Finalmente, este aprovechamiento individual, colectivo o de un conjunto grupal en demasía, sea proyectado en la vida al nivel que cada persona (motivada por sus fases, sensaciones - bagajes e implicación) pueda realizar, puede que este condicionamiento por cada situación momentanea o bien por motivos preinstantáneos que hagan crecer en el interior propio o ajeno aquella curiosidad que busque los imposible, indescifrable e utópico de la falta de saber, alimentado por la fantasía personal.
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